Venimos a invocar a los poderes exiliados, a los poderes que hemos dejado por ahí, a los que tenemos em sucursales que no son nuestras, y a las que dicen que hay que ir a pedir prestado lo que ya nos pertenecía.
DIOSAS TERRÁQUEAS, DIOSAS CARNÍVORAS, DIOSAs humanas,
humanas divinas: SIn derramamiento de súplicas, sin la curvatura de ningún
sacrifício: que regrese a nosotras lo que no puede estar separado de nosotras.
DIOSAS EN LA VEREDA, ejercer el lujo
de ser quienes desean, un lujo que está al alcance de cualquiera, cuando
cualquiera quiere tenerse a su proprio alcance. Y mientras nosotras, cualquiera
de nosotras, no pueda dárselo, por su puesto, habrá fúria, tormenta, rayos
organizados.
Nuestro poder está de
pie, y bailando. No está arrodillado.
Venimos aclamar y a
ejercer ese poder, aqui, en plena vereda, lo sacamos afuera para regarlo, para
compartirlo, para llevárselo y multiplicarlo, porque este es un poder que crece
cuando se multiplica, cuando nuestras hermanas crecen, simplemente así, la
libertad genera más libertad, la alegría
personas más alegres, y la garra de saber que en cualquier outra vereda hay
outra terráquea divina tejiendo destinos a imagen y semejanza de su deseo.
Este poder se parece
un poco al poder del Universo...el cielo se vuelve más hermoso a medida que más
estrellas se encienden.
DIOSAS EN LA VEREDA ES UNA INVOCACCIÓN.
Pinturas para poemar el mundo
Poemas para manchar el porvenir
De uno de sus pechos sale un libro, próximamente en todas
las veredas plusurbanas, conurbanas y sinurbanas. Un libro cuyas diosas se acuentúan junto a la
presencia fotográfica, psíquica y espiritual de LINA ETCHESURI, Artemisa
Palestina, y se conjuga en las inigualables artes del diseñador gráfico Miguel
Santángelo.
DIOSAS EM LA VEREDA es um matrimanio iguatilátero, um
matriarcado sin patrón, sin matrona, sin
hermana superiora ni hermana inferiora.
DIOSAS EN LA VEREDA tiene diversas manifestacciones, casi todas terminan em fiesta.
Pero sépanlo, LA SANGRE MENSTRUADA NO SERÁ NEGOCIADA