quinta-feira, 26 de abril de 2018


Qué atractivo resulta leer los nombres de las ciudades
uno tras otro
en grandes letras
iluminadas
flotando desde el cartel

Qué agradable ver todos esos nombres
inocentes
parpadeantes
los nombres de las ciudades
sin sus problemas de desagüe
                                    de transporte
sin sus calles que tuercen la vista
sin sus adolescentes durmiendo bajo la lluvia
sin la tediosa quejumbre de los bien comidos
sin sus electrizantes cortes de electricidad
sin sus catatónicos subterráneos
sus taxistas asados de calor
sus enfermeras extenuadas
sus hospitales abultados
sus hippies dislocados
la “practicidad” de los lunes
sin sus after hours
sin sus hours llenas de hartazgo

Qué extraña paz emanan sus letras
llamándome con dulzura
mientras bebo mi café
en este banco duro, azul, verdadero


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